Los puestos de trabajo asociados a ámbitos, científicos, artísticos o técnicos suelen estar condicionados por los estereotipos de género o la falta de visibilidad femenina. Esto, desencadena en una escasa presencia femenina a lo largo de la evolución histórica científica, donde aquellas mujeres que intentaron tomar el camino de la ciencia vieron cómo eran invisibilizadas dentro del marco mediático, informativo y educativo. Por este motivo, las mujeres quedan apartadas de los puestos importantes, relegándolas al rol de espectadoras. Mientras tanto, su homólogo masculino es el que obtiene el reconocimiento.
Rebeca Díez, experta en Comunicación Audiovisual del Campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València (UPV), junto a Ester Micó, profesora de la Universitat de les Illes Balears, han realizado un estudio con el objetivo de aumentar la presencia de perfiles de mujeres en la ciencia.
La falta de divulgación por parte de las mujeres se muestra en peligro, debido a factores tanto sociales como estereotipados. Las autoras enfatizan que “las mujeres no se sienten empoderadas en el campo de la tecnología, la ciencia y el arte”. Por este motivo se llevó a cabo una encuesta donde participaron más de 500 estudiantes de diferentes comunidades autónomas del país (Comunidad Valenciana, Andalucía, Extremadura, Aragón, Castilla y León, Galicia y Murcia). En la encuesta se preguntó por los siguientes aspectos:
- Es la tecnología la que está más relacionada con los rasgos masculinos tales como la racionalidad y la objetividad.
- Las mujeres están igual de capacitadas que los hombres para trabajar en puestos científicos y tecnológicos.
- En realidad, las mujeres tienen las mismas habilidades para las matemáticas que los hombres, pero tienen dificultades para desarrollar competencias técnicas y tecnológicas.
A raíz de la encuesta, donde se establecen diferencias significativas, se deduce cómo es necesaria la existencia de iconos femeninos a lo largo de la formación académica, así como una mejora en la orientación de alumnado. De esta forma, las jóvenes podrán aumentar su confianza en destrezas más técnicas y no escoger otras formaciones influenciadas por estereotipos o roles sociales, sino cargos donde se sientan reflejadas.
Con ello, Somavilla y Micó creen que el Estado debe garantizar una enseñanza con formación tecnológica integral para adquirir, desde edades tempranas, competencias tecnológicas, puesto que para las investigadoras “la tecnología incluye un abanico de contenidos curriculares necesarios para consolidar los fundamentos necesarios para cursar ingenierías”.
Por esta razón y a modo de conclusión, el objetivo primordial debe ser minimizar esta brecha de género en las formaciones más técnicas y promover figuras que sean referentes para las jóvenes, para de esta forma, contribuir a un aumento de la divulgación en femenino.
*Portada diseñada por Adrián Juárez, alumno de Comunicación Audiovisual, para el Congreso Comunica2
