Recuperar un patrimonio olvidado y crear un proyecto que permita mejorar su situación y preservarlo para futuras generaciones, al tiempo que se crea una ruta turística que diversifique la oferta de la Safor. Estos son los objetivos del Trabajo Final de Grado ‘Propuesta de desarrollo y puesta en valor del ramal de la Vía Augusta en las localidades de Oliva, Piles, Miramar, Guardamar y Daimús en la comarca de la Safor’, realizado por Francesc Romà Torres Bataller, titulado en Turismo por la Universitat Politècnica de València (Campus de Gandia) bajo la dirección del profesor de la UPV Pau Pérez. El trabajo obtuvo una calificación de Excelente Cum Laude.
La propuesta comprende desde la localidad de Oliva hasta la desembocadura del río Serpis y promueve un turismo cultural y recreativo sostenible. El trabajo describe los recursos culturales y paisajistas del patrimonio existente, diseña la ruta y pone en valor un camino que ha sido utilizado desde el siglo I, a su paso por las localidades de Piles, Miramar, Guardamar y Daimús.
‘Esta idea de trabajo nació con la ayuda de mi padre, Román Torres Climent, por el amor y la infinidad de vivencias que acumula alrededor de este camino y que coincide con el desconocimiento general de su valor, más allá del papel que hace como camino secundario de acceso a huertos y marenys para los habitantes de los pueblos que lo comparten. Me gustaría que con este trabajo, los agentes locales de la zona de estudio trabajaron conjuntamente en materia turística puesto que no acostumbran a hacerlo, a pesar de compartir la misma playa y marjal’, afirma Francesc Romà Torres.
Para desarrollar el proyecto, sus creadores han trabajado bajo el paradigma de cooperación de los pueblos implicados, puesto que todos ellos disponen de elementos geológicos comunes cómo son las fuentes naturales (ullals),arquitectura civil, flora singular, fauna autóctona y paisajes únicos.
Para interpretar la viabilidad de la ruta se han hecho entrevistas de respuesta abierta a los políticos de los pueblos y a personal técnico de turismo.‘Hemos hecho trabajo de campo para analizar el recorrido y ver las intersecciones, distancias para situar las señales, puntos de interés para colocar paneles interpretativos, tiempos del recorrido. Además, se han inspeccionado los recursos turísticos atractivos por donde pasa la ruta y se han realizado propuestas de mejora.
Según el titulado en Turismo, se trata de un producto perfectamente aplicable y, afirma, un vez realizadas las entrevistas con los agentes locales encargados, existe una predisposición a actuar de forma conjunta si el producto puede favorecer económicamente a los pueblos.
DESESTACIONALIZACIÓN DEL TURISMO
Según Francesc Romà Torres, las localidades de Oliva, Piles, Miramar, Guardamar y Daimús son destinos turísticos maduros de sol y playa que se enfrentan a retos importantes para desestacionalizar la demanda, generalmente de los meses de verano y vacaciones escolares’, explica el experto.
Por otro lado, existen indicios positivos de que las actuaciones de desestacionalización de la demanda funcionan. ‘Desde 2012 la media de ocupación hotelera entre los meses de marzo y octubre ha subido deforma constante un 12% hasta 2017, según los datos del INE. Estos datos avalan la apuesta de hacer una oferta cultural, gastronómica y familiar que se puede consumir los 365 días; se tiene que reconocer también el trabajo de la iniciativa privada, que mantiene abiertos los negocios turísticos durante doce meses y confirma que aquellos que asumen continuar durante todo el año están viendo premiado el esfuerzo’, afirma el experto en Turismo.
Aun así, en los cuatro pueblos por donde discurre el camino de la Vía Augusta, Daimús, Guardamar, Miramar y Piles, comprendidos en medio de las dos ciudades de la mitad sur de la Safor, Gandia y Oliva, los productos turísticos que se ofrecen son todavía más estacionales y limitados al buen tiempo y periodo estival, explica Francesc Romà Torres.
CARACTERÍSTICAS DEL PRODUCTO
El producto diseñado, llamado ‘Ramal de la Vía Augusta’ debido a la importancia y constancia de actividad comercial ya desde la época romana, comprende seis fuentes naturales (ullals), en un recorrido que ocupa 7,5 kilómetros. También circula por una falla geológica que permite ver el paisaje de marjal de forma privilegiada y disfrutar de los canales y de la flora única del entorno.
La ruta incluye trapiches, si bien, explica Francesc, en los pueblos de Miramar, Guardamar y Daimús sólo se conservan las estructuras arquitectónicas externas, que habría que señalizar con paneles explicativos para dar a conocer el papel tan importante que tuvieron en los siglos XV-XVI para la elaboración del azúcar, hecho que contribuyó a la explosión cultural de esta época a la comarca. La ruta permite la visita de casas, calles y alquerías de épocas ‘que hay que preservar y redescubrir’, explica Francesc.
El producto propone como visitas complementarías la visita en la torre de Piles y la ruta en bicicleta de Joan Pellicer y Bataller ‘que son trazados perpendiculares a nuestra ruta con un alto interés cultural y floral’, puntualiza el experto.
Los perfiles más significativos de la demanda, según el turismólogo, serían el cultural y el escolar, ‘el primero porque es un apasionado de la cultura y la información histórica en general y el segundo porque ‘creo que se pueden ofrecer actividades educativas que buscan redescubrir los recursos presentes y pasados’, afirma el experto. También el cicloturismo, puesto que la ruta permite perfectamente disfrutar de las visitas y el entorno en bicicleta.
Técnica de comunicación y márquetin del Campus de Gandia