Un blog de Universitat Politècnica de Valéncia, Campus de Gandia.

El ruido, un contaminante invisible

Cada último miércoles de abril, desde el año 1996, se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre Ruido con el objetivo de promover el cuidado del ambiente acústico, la conservación de la audición y la concienciación sobre las molestias y daños que generan los ruidos, además de educar sobre las medidas para evitar estos daños en la salud integral.   

Los efectos nocivos del ruido empiezan a manifestarse, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando estamos expuestos a valores a partir de los 65 dB; al ir aumentando el nivel sonoro, empieza a ser muy complicado mantener la concentración. Si el ruido persiste y va aumentando, las personas manifestamos estrés, irritabilidad y cansancio, y una exposición de más de 100 dB afecta directamente a la audición de manera temporal.  La gravedad de estos efectos aumenta con el tiempo de exposición de una forma muy significativa, por ejemplo, una sobreexposición por encima de los 65 dB provoca sordera, problemas de estrés, hipertensión, problemas en el corazón e insomnio.

UN ENEMIGO INVISIBLE

Afortunadamente, existe legislación para prevenir estos daños, no solamente auditivos, sino también cognitivo; sin embargo, el ruido es conocido como el “contaminante invisible”, por lo que podemos estar trabajando o conviviendo en ambientes acústicamente tóxicos, acústicamente no tolerables por la legislación actual ni por la OMS y no ser conscientes de ello.

Como ejemplo, recientemente se ha podido comprobar mediante un estudio realizado por el Campus de Gandia de la Universitat Politécnica de València, que la carretera N332 a su paso por algunas localidades de La Safor, está generando “ambientes ruidosos” no permitidos por la legislación y  ni mucho menos recomendables por la OMS.

Los vecinos que viven, trabajan o conviven con el tráfico que circula por la N332 a su paso por las localidades de Bellreguard, Palmera, l’Alqueria de la Comtessa y Oliva están soportando niveles superiores a los 70 dB(A) incluso en horario nocturno, cerca de los 75 dB(A) durante el día y con picos de niveles muy cerca de los 100 dB(A). Y esto, durante un tiempo prolongado, de décadas. Estamos, pues frente una enfermedad crónica de algunas localidades debido al ruido generado por el tráfico en la N332

LA LUCHA CONTRA EL RUIDO NOS COMPETE A TODOS

Cabría preguntarnos pues, ¿quiénes son los actores responsables del cumplimiento del objetivo que el Día Internacional de Concienciación sobre Ruido se propone alcanzar?

En el caso del ejemplo, todos los alcaldes de las localidades afectadas reclaman ya una solución para los problemas que ocasiona el paso de la N332 por sus poblaciones.

Pero la lucha contra el ruido debe ser una acción individual y colectiva, ya que el ruido no lo hacen solo los demás, sino que lo hacemos todos; precisa, por tanto, de la concienciación y colaboración ciudadana, así como de una implicación decidida y eficaz de las administraciones competentes, con una legislación y normativas adecuadas y de la disponibilidad de las  herramientas para poder cumplirlas.

Este 26 de abril deberíamos reflexionar ante la pregunta: ¿vivo o trabajo en un ambiente ruidoso?  #DíaSinRuido. 


Romina del Rey, investigadora y profesora del Campus de Gandia de la UPV

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