Elaborar una tesis de doctorado ha sido una experiencia desafiante para mí. La pandemia afectó mi progreso en cierta medida, ya que tuve que realizar muchas tareas de manera telemática, convirtiendo mi hogar en un laboratorio. La financiación fue un factor importante en mi proceso de investigación, y fue clave para poder dedicarme a la investigación de manera paralela a mi trabajo como profesor de formación profesional. El hecho de pertenecer a un grupo de investigación pequeño fue un desafío, pero logré obtener una ayuda, un contrato FPI. A pesar de ello, no pude disfrutar del contrato de 3 años porque tuve que renunciar por incompatibilidad con mi trabajo. Tuve que compaginar los estudios de doctorado con el trabajo, así como con los estudios del grado en ingeniería de telecomunicaciones imagen y sonido y la maestría en sistemas electrónicos digitales.
Siempre he pensado que el tema de la tesis me eligió a mí, y aunque fui un poco escéptico, la formación previa de una maestría en diseño industrial y los años en el mundo sanitario y que mi abuelo murió a causa del cáncer de próstata, me hicieron sentir con las capacidades necesarias para abordar el tema. Tuve que aprender mucho sobre ingeniería de software, impresión 3D, sensores de gas, aplicaciones web, redes neuronales, inteligencia artificial, bases de datos, seguridad y puesta en producción de sistemas informáticos. No ha sido fácil y hubo momentos en los que consideré abandonar, pero finalmente he logrado buenos resultados para cerrar la tesis “Análisis, diseño e implementación de instrumentación no invasiva para la detección de cáncer de próstata y vejiga mediante tecnología MOS” con un Cum Laude.
Encontrar un método no invasivo de clasificación fiable para distinguir entre pacientes con cáncer de próstata e hiperplasia benigna de próstata no es una tarea trivial. El antígeno prostático específico más utilizado presenta un aumento en otras situaciones como la retención de orina o la eyaculación. Los productos metabólicos celulares como los compuestos volátiles en forma de bio-fluidos presentan una oportunidad para estudiarlos con la tecnología de semiconductores de óxido de metal.
Una nariz electrónica diseñada para estos biofiuidos podría convertirse en una prueba ambulatoria clave para disminuir el número de biopsias. El diseño 3D, la creación de circuitos electrónicos, neumáticos, la adecuación de las muestras, la creación de una base de datos estandarizada para narices electrónicas, la definición de una interfaz de usuario amigable para el profesional sanitario, un sistema securizado para la comunicación con un servidor de almacenamiento de datos y todo el software necesario para hacer viable la democratización de las narices electrónicas en atención hospitalaria configuran la estrategia del trabajo. Además, el método empleado para conseguir aumentar el número de datos ha resultado determinante para hacer más sencillo el entrenamiento de la red neuronal con la que se ha logrado una precisión del 87% en la clasificación entre pacientes de cáncer de próstata e hiperplasia benigna de próstata. Es con una nariz electrónica de donde se obtienen las señales.
En resumen, en este estudio se detallan los métodos y procedimientos de la investigación realizada con pacientes de cáncer de próstata e hiperplasia benigna de próstata con el propósito de conseguir un prototipo de una nariz electrónica para la clasificación de pacientes haciendo uso de orina como biofluido. Se ha tratado de escribir una referencia desde la que seguir construyendo conocimiento en torno a las narices electrónicas aplicadas a la clasificación de pacientes.
Para mí, la tesis no es sólo un documento, es un período de evolución personal. Ha estado condicionada por factores diversos, una pandemia, el planteamiento inicial, la financiación, el grupo de acogida, la línea de investigación, el desarrollo socio-económico del autor y el propio autoaprendizaje en el proceso de ejecución.
Quiero agradecer el acceso a las instalaciones que tuve en el Campus de Gandia (UPV), la disposición del personal técnico Toni y Paco, y a los doctores José Pelegrí y José Luis Ruiz que han dirigido mi tesis, sin ellos no habría podido lograrlo.
He estudiado en los tres campus, Alcoi, Valencia y Gandia, e incluso hice un Erasmus en Italia en la Facultad Ludovico Quaroni de Roma. Quiero destacar la ventaja del Campus de Gandia, es muy acogedor y accesible a profesionales líderes en el sector tecnológico y ha sido la verdadera oportunidad para finalizar mi doctorado.
Juan Bautista Talens Felis, doctor por la Universitat Politècnica de València